Cosas del Corazón

En Verano del 2005 Rubén fichó en el C.F.Gavá. Esa temporada conocí a Brugués, coincidíamos los Domingos viendo los partidos en "La Bóbila". Su nombre me pareció muy peculiar, pregunté y me dijeron que era un nombre originario de la ciudad. Parece ser que ellos eran de Gavá. No la llegué a conocer en profundidad. Pero siempre me llamó la atención. Para mi ella era diferente. Era la novia de un 9, y los nueves son especiales. A mi me imponía bastante, la verdad. 

Hace unos meses les hicimos una visita con los niños. Mientras ellos jugaban, nosotros hablamos de todo un poco y nos pusimos al día de nuestros proyectos, yo sabía que ellos habían aprendido Meditación Trascendental, pero no sabía toda su historia. Sentados en el sofa, surgió el tema y Micki me contó todo. Emocionada y con la piel erizada le pregunté a Brugués, -te gustaría escribirlo? Su mirada la delató.

Ahora ese 9 es scouter profesional en un club que es Mès que un Club, y aquella novia es periodista y una de las mujeres que conozco a las que más le gusta el fútbol. Junto a sus dos niñas forman una familia preciosa, valiente y divertida. Y desde hace poco más de un año trascienden cada día.

A los pocos días de aquella visita recibí un email de Brugués.

Esta es su historia:

Cosas del corazón

Llegaré tarde - me dijo.

¿La rodilla? - Le pregunté.

No, la ecografía. - Contestó.

Diez años después aún recuerdo qué estaba haciendo en el momento que sonó el teléfono móvil. La comida para Martina, nuestro bebé de 11 meses. Los días posteriores son imposibles de olvidar y dolorosos de recordar. Visitamos hasta tres cardiólogos y todos llegaban a la misma conclusión. El fútbol se había acabado para él. Su corazón no le permitiría seguir.

Habló en una rueda de prensa muy emotiva. Allí estaban sus compañeros, directivos, aficionados del Girona, nuestras familias y yo con Martina en mis brazos. Se despidió con lágrimas en los ojos, fue la primera vez que lo vi llorar por lo que le había pasado. El fútbol, su pasión, le había dado la espalda pero lo que no sabíamos es que una vez salieramos de la sala de prensa de Montilivi la vida nos cambiaría para siempre.

Nos trasladamos a Girona. Empezó a trabajar en el fútbol de atrás. No se vestía de corto ni se calzaba sus botas. Muchas horas de despacho. Muchas horas en la carretera.  Muy poco fútbol en la televisión y menos tiempo para la familia. Así pasaron semanas, meses.

Más tarde llegaron los dolores de cabeza, el cansancio, el desorden alimentario, el estrés, los trastornos en el sueño y también las discusiones, los reproches por la falta de vida familiar, las ausencias en fechas importantes y la ansiedad, que toreaba como podía.

Hacía tres años ya que no pisaba un terreno de juego. Y como decía aquel slogan "El fútbol te devuelve todo lo que le das" a él se lo devolvió en forma de oportunidad. Volvíamos a casa. El club más grande del mundo lo quería en su equipo. Y nosotros veíamos en ello la manera de hacer un reset.

Le encanta su trabajo. Y a la vez lo detesta por todo lo que le provoca. Le hace mal porque quiere ser el mejor. Quiere serlo porque en el campo no se lo dejaron demostrar y eso solo se consigue viajando más, viendo más, trabajando más pero viviendo menos. Y vuelve la ansiedad. Y ahora ella lo torea a él. Porque no avisa. Porque es traicionera.

Y pasamos meses en busca de respuestas. Medicina tradicional. Medicina natural. Una experta en geotecnia revisa nuestra casa. Empieza el reiki y el yoga. Descubre a Viktor Frankl y lo lee esperando encontrar algo a lo que aferrarse y parece que lo hace...pero falta algo.

Un día vamos al Camp Nou. Un partido de Champions siempre es un buen plan. El árbitro pita el descanso y entre bocado y bocado me señala unas filas más abajo.

¿Le conoces?- dice.

Claro, ese pelo.-respondo.

Rubén apareció en nuestras vidas cuando él más le necesitaba. No se veían desde el 2006 y estábamos a principios de 2017. Yo siempre he pensado que fue casualidad. Ellos, por supuesto no.

Y una tarde Rubén vino a casa. Él estaba de viaje en busca de promesas y yo sería la encargada de hacer un primer filtro. No estaríamos mucho tiempo. Mentira. ¿Conocéis a Rubén? Pues estuvimos más de tres horas hablando. Le expliqué qué nos pasaba y él me explicó cómo nos ayudaría. Así de simple.

Y así es como hace un año empezamos a ser una familia trascendental. Pensé que la meditación nos "curaría". Que ya nada nos haría daño, que viviríamos en una burbuja y que cada uno de nuestros mantras serían las espinacas de Popeye, el caldo mágico de Astérix o el escudo de Capitán América. Y bajé la guardia. Vaya si lo hice.

Volvimos al pozo una vez creí que ya estábamos secos y esta vez lo hicimos sin agarre. Y dejé de creer. Me enfadé. Pero él no. Él lo entendió mucho antes que yo. La meditación le removía tanto que lo bajó hasta al fondo del mar para quedarse allí unos meses. Aún así cada mañana y cada tarde dedicaba un momento para encontrarse con su mantra, con su palabra y convertirla en flotador para sacarlo a la superficie.

Y por supuesto que lo hizo. Porque si algo le enseñó el fútbol fue que no podía rendirse. Frente a cualquier lesión, derrota o adversidad, no valían los lamentos. Solo la actitud. Y de esto a él le sobra.

Empezamos a meditar hace un año. Ahora somos cuatro. Bruna llegó cuando menos lo esperábamos. Ella ha completado nuestra familia. Una familia normal y corriente que ha vivido momentos difíciles. Situaciones que desgraciadamente la vida nos puso delante. Estoy segura que nos seguirá poniendo a prueba pero esta vez estaremos preparados.

A veces sueño despierta descubriéndome sentada en alguna grada de algún campo de fútbol viéndole marcar goles y dedicándoselos a sus hijas. Él también lo hace. Sueña cuando duerme que aún se calza sus botas, que lleva el 11 en la espalda y que es capaz de volver a marcar. Y así tiene su merecida despedida en el campo.

 

Desde al200porcien ayudamos a las personas relacionadas con el deporte y sus familias a establecer los principios de máximo rendimiento y felicidad en sus vidas, para con ello eliminar el estres tóxico del mundo del deporte, que cada año acaba con los sueños de muchos deportistas y sus familias.

Por eso agradecemos a Brugués por su maravillosos testimonio familiar que seguro ayudará a otras familias que han pasado por situaciones similares ha descubrir que hay una manera facil y natural de vivir la vida al200porcien.